Recuerdo que me encontré

No veo tu rostro, no recuerdo tu paisaje y sigo flotando en el viento gélido que me acompaña y resquebraja… Te ato el cuello solo para poder soltarte y ver como sos libre. Damos muchas vueltas en este Universo tan personal. Nos acercamos y alejamos, nos conocemos y nos ignoramos. Se puede ser cruel y sentir empatía al mismo tiempo.

No siempre la verdad se puede llegar a conocer. Está escondida como lo está a veces mi corazón, nadando en medio de un mar de oro dentro de una jaula con demasiado espacio y tiempo para imaginar.

Me enrosco en tus piernas y apoyo mi rostro sobre tus manos tibias. Estoy tan cerca que estoy distante. Desearía que entendieras, ojalá alguien pudiese… Es un trance profundo que desencadena miríadas de emociones surrealistas que queman, duelen y me hacen suspirar al mismo tiempo, en un mismo instante. Emociones que corren desnudas por esta habitación sin pudor alguno ni garantía de devolución.

Debería taparte la boca más seguido, el silencio esta devaluado en tu mundo. Desconozco la razón.

Me marean los aromas, me hipnotiza la búsqueda de la tibieza que esconde el acero. Quiero irme y me quedo porque mi instinto más primario así me lo dicta. Quiero abrir los ojos y no puedo, es una lucha interna entre mi necesidad femenina de dejarme llevar y mi parte activa que exige mirar… No quiero cuentos de hadas tampoco quiero en mis labios el sabor de la realidad total. Al perderme me encuentro y al agotarme, encuentro más fuerzas que aparecen de la nada y sin haberlo deseado, me encuentro en medio de la calma absoluta y llena de una discreta ansiedad.

Me duele el cuerpo.Mi corazón toca tímidamente mi hombro. Me derramé y expandí por completo demasiadas veces en el mismo lugar.

Hasta la lluvia más fuerte tiene que parar. Alguna vez hay que parar. Es solo que algunas veces no se quiere o no se sabe como…

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